Una sola casa, pero multitud de ambientes. Pequeños salones mullidos, calorosas chimeneas, amplias terrazas, jardín refrescado por el agua que corre, habitaciones confortables y climatizadas, sin hablar de todas las metamorfosis debidas a la luz.
Cierren sus ojos e imagínense eso: están rodeados por jazmines, buganvillas y rosales, un surtidor está chapoteando, los palmeros están extendiendo su sombra en ustedes.
Ya están pensando en la noche en el techo de la terraza, entre las dunas y las estrellas.